Las desesperantes 4 horas de un limpiacristales atrapado en un andamio a 240 metros por el apagón: "El agobio vino al intentar llamar"

Jonathan Bernal vivió una auténtica odisea en pleno apagón. La falta de electricidad, aún por causas no aclaradas, le dejó a la intemperie a más de 200 metros de altura en una de las cuatro torres de Madrid.

El hombre se encontraba haciendo su trabajo de limpiacristales junto a su compañero Rubén. Sin embargo, cuando intentaron bajar "a la mitad" se percataron de lo que ocurría. "Mi compañero empieza a tocar la botonera y ve que no hay luz", dice. Así que intentaron seguir con el protocolo que deben seguir en una situación de emergencia.

"Debemos llamar a nuestro responsable, que se pone en contacto con el responsable de mantenimiento y así podrían rescatarnos", le detalla a Nacho Abad y David Aleman en 'Código 10', que también ha abordado el impactante caso de unos niños encerrados entre excrementos desde 2021. Sin embargo, se dieron cuenta de que no tenían cobertura y que tampoco podían realizar la función. "Nos daba apagado", añade. Su situación, en aquél momento, la define como "agobiante y desesperante" por no saber cómo localizar a cualquier persona para que les rescaten.

"Pude llamar a mi mujer más tarde y le dije que estaba colgado", asegura. Sin embargo, no fue su pareja la que dio la voz de alarma de lo que ocurría. Dos mujeres se pusieron en contacto con ellos a través de los cristales del edificio. "Nos comunicábamos con las pantallas de los móviles", dice.

Un hombre tuvo que subir 58 pisos para rescatarles

Por suerte, tenían comida y bebida, aunque al cabo de unas horas la agotaron. A eso se suma las elevadas temperaturas que sufrían a esa distancia del suelo, la equivalente a dos campos de fútbol. "Estábamos con la cosa del calor y el agobio", señala Jonathan Bernal. En concreto, se encontraban en el piso 53.

Un compañero subió hasta ese punto. "Llegó andando hasta el piso 58, donde había un cuarto de máquina", puntualiza. Así que empleó el motor de la máquina, y "con la palanca" les bajaron a él y a su compañero.

"El motor de la máquina tiene una palanca de freno de mano y la tienes que accionar muy suave, si baja rápido se activa una seguridad y la máquina se queda parada", concluye Bernal.

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