Dos solteros protagonizan un final de cita explosivo en ‘First Dates’: “Madre mía”

Enrique y Nadya protagonizan el baile más caliente y sexy visto en el reservado de ‘First Dates’ en mucho tiempo
Una soltera, alucinada con las tendencias religiosas de su cita en ‘First Dates’: “Yo no pierdo dos horas de mi vida”
Enrique alucina cada vez que conoce a una mujer que ha estado con solo un hombre, él prefiera no responder a la pregunta de con cuántas mujeres ha estado “va Julio Iglesias, Bertín Osborne y luego yo”. Al conocerle en ‘First Dates’, Laura Boado ha querido saber de dónde era su acento y él ha bromeado con un “de las Rías Baixas”. Es sevillano y es conductor, pero antes ha sido bailarín erótico “gogó, bailarín para despedidas de señoritas…”. No se atrevía a pronunciar la palabra stripper y lo ha hecho Laura por él. Le ha contado que había vivido años maravilloso y que se fijó en él, el dueño de un gimnasio “me vio posibilidades porque yo vengo de la familia del bogavante, no se la gamba”.
El soltero presume de tamaño: "Me vio de la familia del bogavante"
El soltero le ha intentado explicar a la presentadora qué era lo que esperaba de su cita, pero se ha metido en un cruce de palabras que no ha sido fácil de entender “cuando tenga que estar, que esté, que no tenga que estar yo detrás de ella”. Laura no le ha entendido muy bien, pero cada explicación era más liosa y ha terminado partiéndose de la risa ante tanto “tiene que estar, está, este…”.

Nadya, su cita, tiene claro que le gustan los hombres inteligentes, elegantes, con sentido del humor y que sepan conquistar poco a poco a una mujer con carácter “cómo soy yo”. Al verla entrar, Enrique se ha impresionado “mujerón” y ha tenido miedo de que fuera más alta que él, pero no, era igual que él más o menos y “vale”. La soltera le ha contado que era rusa y que vivía en Málaga, pero que conocía Sevilla. Él, rápidamente la ha invitado a la Feria “caseta tienes”.
Enrique es muy picara y no deja que Enrique le venda la moto
La soltera ha sido sincera y ha sentido que Enrique no era su prototipo de hombre, pero le ha visto muy simpático y estaba contenta. La cena ha comenzado hablando de sus vidas sentimentales y Enrique le ha dicho que su vida había sido un caos, pero Nadya no le ha creído “he visto muchos mujeriegos, pero él, no”. El soltero ha intentado conquistarla con piropos, pero ella no se ha dejado vender la moto “pelota”.
Enrique estaba sintiendo que Nadya le estaba diciendo con la mirada que la comiera y casi no ha podido cenar. Le ha dicho que él, lo único que pedía era que no midieran más que él y ella ha sentido que ella era más alta, pero le ha salvado un milímetro.

Los solteros han conectado y la cita se ha ido calentando poco a poco. Respecto a su postura sexual, Enrique le ha dicho que le gustaba la postura “a cuatro uñas”. Nadya ha hecho como que no sabía de qué le estaba hablando y le ha pedido que se lo mostrara. De tal manera, que Enrique ha acabado de pie simulando su postura sexual favorita. Ella le ha dicho que le gustaba contra la pared y el soltero se ha puesto malo, no paraba de resoplar de solo imaginárselo “empotramiento, eso está a la orden del día”.
A Nadya le encanta Enrique y se deja llevar en el reservado
A Nadya le encanta coquetear y al ver que Enrique no se mojaba respecto a las veces que podía tener sexo en una noche, le ha comenzado a preguntar en varios idiomas y ha visto que al soltero le volvía loco el francés “en todos los sentidos”. Él le ha explicado que todas las noches no eran iguales, pero que igual podía aguantar tres.

Los solteros han llegado calentitos al reservado y han ido directos a la acción. Han comenzado a acariciarse y a bailar de una forma sexy, muy sexy. Tan sexy que el soltero la ha calificado de explosiva y que han tenido que frenar en varias ocasiones. Han jugado a seducirse y aunque, Nadya le ha hecho sudar al decirle “eres feo y muy aburrido”, le ha dicho que sí a una segunda cita y se han ido encantados de ‘First Dates’.