Cuidado con la etiqueta eco del coche si viajas a otro país: consulta la equivalencia y evita multas

Un error habitual es creer que la etiqueta eco de la DGT es válida fuera de España
¿Qué margen de error tiene el radar del helicóptero de la DGT?
Viajar al extranjero en coche implica mucho más que revisar el aceite y preparar las maletas. Por ejemplo, en los últimos años, las regulaciones medioambientales europeas se han endurecido, y cada vez es más frecuente que los distintos países exijan su propio distintivo ambiental para acceder a ciertas zonas urbanas. Un error habitual es creer que la etiqueta eco de la DGT es válida fuera de España, cuando en realidad no es el caso. Ignorar esta situación puede acabar costándote una multa que podría enturbiar tu viaje.
¿Sirve la etiqueta de la DGT en otros países?
La respuesta es clara: no. Según explica la Dirección General de Tráfico (DGT) en su web oficial, los distintivos ambientales españoles (B, C, ECO o CERO) solo tienen validez en territorio nacional. Otros países como Francia, Alemania o Austria han desarrollado sus propios sistemas de etiquetado medioambiental, adaptados a su legislación específica sobre emisiones contaminantes .
Esto significa que, aunque tu coche lleve una etiqueta CERO en España, podrías ser sancionado en el extranjero si no llevas la pegatina homologada del país de destino. Además, en algunos países, la ausencia del distintivo correcto implica la prohibición absoluta de circular por zonas de bajas emisiones (ZBE).
Francia: Crit'Air obligatoria incluso en zonas turísticas
Francia ha sido uno de los países más estrictos en este sentido. Desde el 1 de abril de 2025, toda la región de Nueva Aquitania, que incluye el popular País Vasco francés (Bayona, Biarritz, Anglet), exige el distintivo Crit'Air a todos los vehículos que accedan a las ciudades .
Este sistema clasifica los coches en seis categorías (del 0 al 5) según su nivel de emisiones contaminantes. Incluso los turistas deben solicitar y pegar la etiqueta en el parabrisas antes de cruzar la frontera. El coste es de unos 4,61 euros y se puede solicitar online en la web oficial del gobierno francés . Circular sin ella puede acarrear multas de hasta 135 euros.
Alemania: Umweltplakette para entrar a muchas ciudades
Alemania también impone un sistema propio: la Umweltplakette. Ciudades como Berlín, Hamburgo o Frankfurt no permiten la entrada de veh ículos que no lleven esta etiqueta, basada en la normativa europea de emisiones Euro .
Puede comprarse a través de talleres homologados o portales online oficiales, y su coste ronda los 6 euros. No portar la Umweltplakette puede suponer una multa de 80 euros. Aunque tu coche sea nuevo y poco contaminante, si no muestras el distintivo alemán, serás sancionado igualmente.

Austria y Dinamarca: normativas específicas
Austria exige un distintivo medioambiental para camiones y vehículos comerciales ligeros que circulen por ciertas áreas urbanas y autovías. Para los turismos privados, las restricciones aún no son tan estrictas, pero se está trabajando para endurecerlas en los próximos años .
Dinamarca, por su parte, requiere una tarjeta de acceso específica para entrar en las Zonas de Bajas Emisiones de Copenhague, Aarhus, Odense y Aalborg . La falta de este documento puede derivar en sanciones automáticas, detectadas mediante cámaras de control.
Equivalencias... pero ojo, no eximen de sanciones
Aunque existen tablas de equivalencia entre las etiquetas ambientales europeas (por ejemplo, la DGT ha publicado comparativas aproximadas), ningún país garantiza la aceptación automática de una etiqueta extranjera . En la práctica, la única forma segura de evitar multas es obtener la pegatina local correspondiente antes de viajar.
En virtud de las directivas europeas sobre cooperación transfronteriza, las autoridades de tráfico de un país miembro pueden reclamar una multa a un residente de otro país miembro, como España . Por tanto, si recibes una multa en Francia o Alemania y no la pagas en el momento, podrías recibir la notificación en tu domicilio español semanas después. Además, algunas sanciones impagadas podrían complicar futuras renovaciones del permiso de conducir o gestiones de tráfico internacional.
De esta forma, queda claro que circular en coche por Europa es una experiencia increíble, pero en 2025 será más importante que nunca planificar bien la documentación medioambiental. La etiqueta española no es suficiente y asumirlo te puede evitar sorpresas desagradables, multas inesperadas o restricciones de circulación.
La mejor manera de prepararse para disfrutar de un viaje sin incómodas sorpresas es informarse previamente, adaptarse a la normativa local y llevar el distintivo adecuado en el parabrisas. Porque, como demuestra la normativa europea, en materia de medio ambiente, cada país marca su propio rumbo… y no conocerlo puede salir caro.