Fumata negra en el Vaticano: el resultado de la primera votación se ha hecho esperar y termina sin consenso

Como era de esperar, la primera votación en el Vaticano para elegir al nuevo papa ha concluido sin consenso
La jornada ha comenzado con polémica por la felicitación del decano del Colegio Cardenalicio al cardenal Pietro Parolin
Habemus papam: una lección básica de latín para seguir el cónclave
Como era de esperar, la primera votación en el Vaticano para elegir al nuevo papa ha concluido sin consenso. El espectáculo del cónclave empezaba con la entrada del próximo papa a la Capilla Sixtina, será uno de los 133 cardenales que han accedido en procesión y han prestado juramento. La jornada ha comenzado con polémica por la felicitación del decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, al cardenal Pietro Parolin durante la Misa Pro Eligendo Romano Pontefice y ha terminado con la fumata negra.
Antes de la fumata hemos podido ver a los 133 cardenales accediendo a la Capilla Sixtina en procesión y prestando juramento. Un proceso que se ha alargado más de lo habitual porque es el primer cónclave con tantos purpurados. Después, el maestro de ceremonias pontificio, Diego Ravelli, decía el “extra omnes” (todos fuera) y los que no son cardenales salían de la capilla para cerrar las puertas.
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Pasados unos minutos de las cuatro y media de la tarde los 133 cardenales electores ataviados con sus hábitos rojos y blancos han comenzado su particular procesión a la Capilla Sixtina. Lo han hecho en orden jerárquico: primero los cardenales obispos, luego los presbíteros y por último los diáconos.
Caminan entonando la letanía de los santos, en la que invocan la ayuda de los grandes santos de la historia cristiana. Un rito cargado de simbolismo, inalterado a lo largo de los siglos. Los cardenales se inclinan ante el altar, frente al fresco del juicio final de Miguel Ángel y cada uno ocupa su asiento.
Una vez ya todos dentro de la Capilla Sixtina entonan el ‘Veni Creator Spiritus’, un himno en latín del siglo IX que invoca al Espíritu Santo en la elección del nuevo pontífice.
Posteriormente llega el momento del juramento del silencio, obligatorio bajo pena de excomunión. El Cardenal Pietro Parolin, el favorito a suceder a Francisco, dirige el rito. Uno a uno han ido jurando, con la mano sobre el Evangelio.
Una puesta en escena con toda la pompa y solemnidad, que culmina cuando el maestro de celebraciones litúrgicas, Diego Ravelli pronuncia el ‘extra omnes’. Esta es la fórmula en latín para que abandonen la capilla quienes no vistan de púrpura.
El cardenal George Jacob Koovakad, el último cardenal diácono, ha sido el encargado de cerrar la Capilla Sixtina por dentro. Es entonces cuando llegan las votaciones y la primera fumata que, como era de esperar, ha sido negra.
La fumata se hace esperar
A las 21 horas, dos horas más tarde de los esperado, el humo negro ha comenzado a salir por la chimenea del Vaticano. De esta forma, termina el primer día de cónclave. Los cardenales volverán a reunirse este jueves por la mañana para realizar dos votaciones más y en caso de que ningún cardenal obtenga los dos tercios de lo votos, saldrá la segunda fumata negra sobre las 12:30 horas. En este caso, por la tarde, volverán a encerrarse en la Capilla Sixtina donde tendrán lugar dos escrutinios más, al final de los cuales, si ninguno resulta positivo, saldrá la tercera fumata negra.
Si, por el contrario, en alguna de las votaciones de este jueves algún cardenal consigue la mayoría cualificada de dos tercios (89 votos) entonces la fumata blanca se podría adelantar y salir, o bien a partir de las 10:30 y de las 12:30 horas, por la mañana, y sobre las 17:30 horas o las 19:00 horas, por la tarde.
En caso de que al final del segundo día de cónclave, la sede siga estando vacante, los cardenales se retirarán una vez más a la Casa Santa Marta. Los días siguientes, se seguirá el mismo proceso de votación y si al tercer día aún no ha salido la fumata blanca, los cardenales tendrán un día de pausa para la oración y el libre coloquio.
Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, según el Motu Proprio publicado por Benedicto XVI, los cardenales podrán elegir entre los dos más votados en el último escrutinio aunque no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" los dos tercios de los votos.
Durante todo el proceso, los 133 cardenales deberán cumplir con el juramento realizado según el cual se comprometen a "observar con la máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno promete, en caso de ser elegido, desempeñar fielmente el 'munus Petrinum' de Pastor de la Iglesia Universal.
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