Alrededor de las 11:52 de la mañana, una segunda fumata negra anuncia que los 133 cardenales que votan al nuevo sucesor del papa Francisco, no han llegado a un acuerdo.

Esta misma tarde, los cardenales vuelven a votar por un nuevo papa y si logran llegar a un consenso sobre la elección de un nuevo pontífice tras el fallecimiento del papa Francisco, veremos una fumata blanca.

Lo que está ocurriendo dentro de la Capilla Sixtina es es una incógnita. Con las puertas cerradas del cónclave hay muchas especulaciones y pocas certezas. En la plaza de San Pedro se ha generado, además, cierta confusión cuando el humo blanco del final de la quema de votos ha coincidido con las campanas del mediodía.

Tal y como manda la tradición vaticana, los 133 cardenales electores han comenzado el día con rezos y después han votado, hasta en dos ocasiones, pero ninguno de los candidatos ha logrado los 89 votos necesarios, las dos terceras partes del total.

Los purpurados han hecho un receso para comer. Una pausa de gran importancia, consideran los expertos, porque aquí, en un ambiente más distendido, se puede desatascar la situación en caso de que haya cierto bloqueo a algún candidato.

De ser así, puede surgir una propuesta alternativa. Una sorpresa como fue el papa Francisco, que salió a la quinta votación, o Juan Pablo Segundo, que salió a la octava.

Cerca de las siete de la tarde se espera una nueva fumata que comunicará el resultado de las votaciones de la tarde. Eso si no hay retrasos, como el de este miércoles por la tarde, en este cónclave inédito con el colegio cardenalicio más universal, amplio y joven de la historia.

Antes de que conozcamos al nuevo papa, muchos nombres han sonado en todas las mesas de debate durante estos días previos al cónclave. El italiano Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano durante toda la etapa del argentino, el filipino Luis Antonio Tagle y el ghanés Peter Turkson son los tres favoritos.