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El parte médico de Adolf Hitler: Parkinson, depresión y dientes podridos por el azúcar

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Todas las dolencias de Adolf Hitler.
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El parte médico de Adolf Hitler: Parkinson, depresión y dientes podridos por el azúcar

‘Cuarto Milenio’ destapa los documentos médicos del ‘Paciente A’: el parte médico de Adolf Hitler. Junto a Iker Jiménez se encuentran Eric Frattini y el doctor Cabrera para analizar la mente de Hitler. En primer lugar, prueban el chocolate que le daba a los soldados y que contenía sobredosis de pervitín y un chute brutal de cafeína, ¿con qué intención? Pues para que se mantuvieran despiertos en las misiones de bombardeo.

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“Conjugó dos cosas: lo agradable con el medicamento excitante y estimulante que necesitaban los pilotos”, detalla Cabrera. Y es que el pervitín es una metanfetamina que permitían que los soldados estuvieran hasta tres días sin dormir. Se vendían en farmacias, al igual que la cocaína que fabricaba Bayer y que Hitler tomaba porque se le tupían los senos nasales y no podía respirar.

Las enfermedades que padecía Hitler, detalladas por Theodor Morell, su médico personal

Pero los datos más confidenciales sobre la salud de Hitler los tiene Eric, quien ha estudiado la figura de Theodor Morell, quien fuera médico personal de Hitler. Siempre estaba al lado de Hitler, pero ningún historiador ha hablado de él al recoger la biografía del dictador. ¿Por qué motivo? Eric investigó al respecto y descubrió varios documentos, entre los que se encuentra el diario de Morell, con anotaciones médicas. Aquí descubrimos una serie de afecciones que padecía Hitler:

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  • Cólicos
  • Problemas gastrointestinales
  • Hipertensión
  • Estrés y crisis nerviosas
  • Eccema
  • Problemas dentales
  • Insomnio
  • Depresión
  • Posible trastorno bipolar
  • Migrañas
  • Infecciones recurrentes
  • Parkinson
  • Paranoia
Las afecciones de Hitler

Algunos de los datos que destacan en este diario son que, por ejemplo, la noche antes del desembarco de Normandía, Morell tuvo que darle un barbitúrico a Adolf Hitler para poder dormir. Eric detalla en 'La nave del misterio' algunas de estas dolencias y apunta que Hitler habría recibido entre do y tres inyecciones diarias. Una auténtica barbaridad que escandaliza al propio Iker. Problemas gástricos, problemas de histeria (provocado, probablemente, por la cocaína que consumía), arritmia…

Al parecer, Hitler era vegetariano, pero le gustaba mucho el dulce. Tanto que podía llegar a comerse hasta tres tartas de manzana él solo: “Apenas le quedaban cinco dientes en la mandíbula inferior. Lo tenía todo lleno de coronas y tenía que comer cosas blandas. El dentista de la cancillería decía que lo tenía todo lleno de caries porque le daba mucho miedo que le tocaran la boca. Tenía los dientes medio podridos. Por eso sufría también de halitosis”, detallan los expertos. En análisis completo, en el vídeo.

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