Faltan refugios climáticos en las ciudades: la importancia de tener árboles para afrontar las olas de calor

Plazas como la Puerta del Sol generan polémica por la falta de árboles, que las hace inhabitables
La peatonalización del Retiro, la ley del tabaco y otros cambios traumáticos que fueron beneficiosos
MadridCon el verano llegan los episodios de temperaturas extremas que dificultan todo acto que implique salir a la calle. Encontrar un refugio climático en el centro de las ciudades supone un reto difícil: la ausencia de árboles hace duro el paseo por muchas zonas. Según informa Dani Berbel en el vídeo, estos lugares frescos son cada vez más importantes y la población no duda en huir a centros comerciales, bibliotecas o, simplemente, bancos a la sombra.
Es esa sombra tan fundamental la que falta en muchas plazas de ciudades como Madrid. Reformas recientes de explanadas como la de Santa Ana o Sol no solo no han subsanado el problema, sino que han llegado a empeorarlo, retirando el ayuntamiento los pocos árboles que quedaban. Los expertos llaman a revertir estas decisiones, porque el calor seguirá abrasando, pero hacer nuestro hábitat más amable está en la mano de las administraciones: según estudios, la presencia de árboles puede reducir la temperatura ambiente hasta en 12 ºC.
La Puerta del Sol, gigante sartén de una ciudad con alergia al verde
La plaza frente a la Puerta del Sol se reformó hace un par de años y generó polémica. El motivo aún es visible: no hay un solo centímetro de verde o de sombra. Tiene una superficie de unos 12.000 metros cuadrados pavimentados con granito y en ellos no encontramos ni un solo árbol o zona cubierta.
Esto ha intensificado el efecto isla de calor y la plaza, una de las más emblemáticas y turísticas de la ciudad y del país, se ha convertido en una simple zona de paso. A pleno sol, pocos se atreven a permanecer en ella. Dada la dificultad de plantar árboles por la estación de metro que se encuentra bajo tierra, el ayuntamiento ya trabaja en la instalación de unos toldos que, se prevé, estarán listos para finales del mes de junio. Son, además, una medida provisional.
Ourense se refresca en parques y riberas
Solo con ver la temperatura que marcan los termómetros, a los orensanos se les quitan las ganas de salir a la calle esta semana. "La ciudad es sofocante, un calor horroroso", comenta una valiente transeúnte. No queda otra que combatirlo con abanicos, gafas de sol y mucha agua. "Ropa liviana, gafas y pelo recogido" son los trucos de una vecina.
En esta ciudad, habituada a las altas temperaturas veraniegas causadas por la baja altitud del Valle del Miño, parques como el de San Lázaro sirven de refugio para muchos. También las riberas de los ríos que la cruzan. Los inmensos árboles dan sombra y refrescan el ambiente. Y es que este estudio de la Universidad de Berna ha llegado a detectar bajadas de temperatura de hasta 12 ºC en zonas urbanas arboladas en comparación con otras similares sin vegetación.
Refugios para trabajadores en Granada
Con árboles o sin ellos, algunos ni siquiera contemplan salir de casa y soportar las altas temperaturas si no es necesario. Pero hay mucha gente a la que no le queda otra. Por eso, en Granada, CCOO ha creado un refugio climático para trabajadores. "Es un sitio refrigerado donde se puede conseguir agua fresca y descansar un rato", explica Rafa León, secretario del sindicato en la ciudad.
Según León, con esta instalación se intenta "limitar los efectos dañinos del calor en las personas que están trabajando". Porque son muchos los que trabajan al aire libre y "ya sabemos que a 39 grados, el cuerpo lo pasa mal", afirma. Los que no, también buscan un descanso del calor sofocante. Los centros comerciales se convierten en refugio de muchos granadinos que intentan pasar dentro el mayor tiempo posible.
Por su parte, las bibliotecas públicas pueden ser una escapatoria al calor, por ejemplo, de la costa catalana. "Se agradece tener un sitio donde reposar, poder leer a gusto y estar fresquito", comenta un lector. Lugares esenciales para que nos tomemos un respiro de ese calor asfixiante.