Cuántas horas debe dormir un niño para rendir mejor en el colegio, según expertos en educación

Dormir menos de lo necesario puede afectar a la concentración o la memoria en los niños y adolescentes
Dormir más los fines de semana: ¿cuál es su impacto y qué hace al corazón?
Muchas familias se enfrentan a diario con el reto de conciliar el horario escolar con las rutinas familiares, las actividades extraescolares y, cada vez más, con el uso de dispositivos electrónicos que retrasan la hora de acostarse de los niños. Esto tiene como consecuencia que una gran parte de la infancia duerme menos de lo que se recomienda. Esto puede afectar negativamente al aprendizaje, la memoria, el estado de ánimo e incluso al comportamiento en clase.
Expertos en educación, neurociencia y salud infantil coinciden en que el sueño es tan importante como una buena alimentación o una metodología pedagógica eficaz para un buen rendimiento escolar. Dormir lo suficiente no sólo permite que el cerebro pueda consolidar los aprendizajes del día, sino que mejora la atención, la regulación emocional y la capacidad de resolver problemas.
¿Cuántas horas de sueño necesitan los niños según su edad?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) han establecido unas recomendaciones claras sobre el tiempo de sueño necesario para garantizar un desarrollo óptimo en la infancia y la adolescencia.
- Niños de 3 a 5 años: entre 10 y 13 horas por noche, incluyendo siestas si son necesarias.
- Niños de 6 a 12 años: entre 9 y 12 horas por noche.
- Adolescentes de 13 a 18 años: entre 8 y 10 horas por noche.
Dormir menos de estos mínimos está asociado con una menor capacidad cognitiva, dificultades en la concentración, menor rendimiento académico, irritabilidad, problemas de conducta y mayor riesgo de ansiedad o depresión.
El impacto del sueño en el rendimiento académico
Distintos estudios internacionales han analizado la relación que hay entre las horas de sueño de los niños y el rendimiento escolar. Uno de los más citados, publicado por la Universidad de Harvard en 2021, reveló que los estudiantes de primaria y secundaria que dormían las horas recomendadas obtenían mejores calificaciones, tenían menos problemas de comportamiento y una mayor capacidad para resolver tareas complejas.
En España, la Fundación del Sueño y el Hospital Sant Joan de Déu han alertado sobre el problema que está creciendo de la falta de descanso infantil. Según sus datos, un 30% de los niños entre 6 y 12 años duerme menos de 9 horas en días lectivos, lo que puede afectar su función ejecutiva y su capacidad para concentrarse en clase.
Los expertos también señalan que la falta de sueño reduce la atención sostenida y la velocidad de procesamiento de la información, dos habilidades que son fundamentales para el aprendizaje escolar de los niños.
Sueño y salud emocional: una relación bidireccional
No solo el aprendizaje se ve afectado por el sueño, sino también la salud emocional. Un descanso insuficiente puede generar estados de ánimo alterados, irritabilidad, dificultades para gestionar la frustración y una mayor propensión a la ansiedad. Especialistas en trastornos del sueño afirman que el sueño tiene un papel regulador sobre el sistema nervioso. Por eso, cuando un niño duerme poco, está más irritable, menos tolerante al error y puede tener reacciones más impulsivas en el entorno escolar.
De hecho, algunos niños que han sido diagnosticados con dificultades de atención o problemas de conducta mejoran significativamente sus comportamientos en clase cuando recuperan una buena higiene del sueño. Esto demuestra que dormir de manera adecuada es una herramienta preventiva y terapéutica para el bienestar escolar.
Principales causas de la falta de sueño en niños y adolescentes
Entre los factores que más pueden afectar al descanso infantil se encuentran:
- Exceso de pantallas antes de dormir: la luz azul de móviles, tabletas y televisores inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño, haciendo que les sea más difícil conciliar el sueño.
- Horarios escolares demasiado tempranos: esto es especialmente en adolescentes, cuyo reloj biológico se desplaza naturalmente hacia horarios más tardíos.
- Carga excesiva de actividades extraescolares: estas actividades pueden impedir tener un horario de cena regular para poder acostarse pronto.
- Entornos de sueño poco adecuados: habitaciones ruidosas, desordenadas o con acceso constante a dispositivos electrónicos.
- Falta de rutinas: horarios irregulares, cenas tardías o ausencia de rituales relajantes antes de acostarse.
Consejos para mejorar la calidad del sueño infantil
La Asociación Española de Pediatría y otros organismos especializados dan algunos consejos para mejorar el descanso infantil:
- Establecer una rutina fija para dormir, sin romperla los fines de semana.
- Evitar el uso de pantallas al menos una hora antes de ir a la cama.
- Cenar temprano y de manera ligera.
- Crear un ambiente relajante en la habitación con luz tenue, silencio y con una temperatura adecuada.
- Fomentar hábitos relajantes como un baño caliente, leer un cuento y poner música suave.
- Evitar conversaciones o actividades estresantes justo antes de dormir.
Se tiene que tener en cuenta que el sueño no es un lujo ni una opción, se trata de una necesidad biológica que impacta directamente en el desarrollo cognitivo, emocional y académico de niños y adolescentes. Por lo que dormir las horas adecuadas es fundamental para que el cerebro funcione de manera óptima y se puedan consolidar los aprendizajes.