Marta Egea 27 MAY 2025 - 10:00h.

MadridLlega junio y con él, el momento que miles de estudiantes españoles llevan todo el año esperando, pero también temiendo: la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU). Cuando faltan pocos días para empezar el examen, la presión se dispara, el tiempo parece que pasa demasiado rápido y los nervios empiezan a jugar malas pasadas. En esta situación, muchos estudiantes se hacen la misma pregunta: ¿cómo se puede repasar rápido y con eficacia en la recta final?

Estos estudiantes son muy conscientes de la sobrecarga emocional y académica que supone esta etapa. Psicólogos educativos, docentes y expertos en técnicas de estudio coinciden en algo esencial: no se trata de estudiar más, sino de estudiar mejor. Se debe encontrar la forma de optimizar el tiempo, reforzar lo que ya se sabe y mantener una buena higiene mental, esto puede marcar la diferencia entre un aprobado justo y una nota que abra las puertas de la carrera deseada.

Planificación por bloques de estudio

A tan solo una semana o pocos días del examen, improvisar no debe ser una opción. La primera clave es establecer una hoja de ruta clara y realista. No se debe intentar abarcar todo el temario en tan poco tiempo, lo más efectivo es concentrarse en los temas más importantes o preguntados de anteriores convocatorias.

Para conseguir esto, es esencial hacer un pequeño diagnóstico y pensar cuáles son las asignaturas que necesitan un refuerzo mayor, qué tipo de ejercicios o temas suelen salir más y dónde se cometen más errores.

Con esta información, se puede pensar un buen plan de repaso por bloques o franjas de estudio. Es fundamental incluir tiempos de descanso y repasos cortos antes de ir a dormir. Hay que pensar que no se trata de estudiar 10 horas al día, sino de dividir el estudio en sesiones de una hora u hora y media en las que se esté bien concentrado y alternando materias.

Repasar con esquemas y mapas mentales

Los días previos a la PAU no son el momento ideal para leer apuntes largos ni libros de texto. Se recomienda que se opte por esquemas, mapas conceptuales y resúmenes visuales. En situaciones de estrés, como son estas semanas previas, cuanto más visual sea la información, mejor se va a retener.

Los mapas mentales son una herramienta ideal, ya que permiten organizar grandes bloques de información de manera jerárquica y asociativa.

Entrenar como si fuera el examen: simulacros cronometrados

Una de las estrategias que mejor funciona en la recta final es realizar simulacros reales. Se debe replicar las condiciones del examen, es decir, establecer los 90 minutos de límite de tiempo, sin interrupciones y en un entorno lo más silencioso posible. Esto tiene muchos beneficios como familiarizarse con la estructura y estilo de las preguntas, aprender a priorizar qué responder primero y ganar seguridad al enfrentarse a enunciados inesperados.

Es evidente que practicar con exámenes anteriores cronometrados no solo va a mejorar el dominio del contenido, sino que también se va a entrenar la gestión del tiempo y los nervios, ya que muchos alumnos se quedan sin tiempo en el examen porque nunca han realizado simulacros con reloj.

De hecho, se recomienda hacer al menos un simulacro por asignatura en los últimos tres días, el cual se corregirá después basándose en los criterios oficiales.

Explicar el temario en voz alta

Una de las maneras más eficaces y, a menudo, menos utilizadas para repasar en profundidad es explicar en voz alta el contenido que se está estudiando. Esta técnica, conocida como autoexplicación, consiste en verbalizar lo que se ha aprendido con el objetivo de reforzar la comprensión y detectar posibles lagunas al contar el temario. Cuando se explica un concepto con sus propias palabras, no solo se va a repasar la teoría, sino que se reorganiza la información mentalmente, ya que, para poder contarla hay que estructurarla.

Este método activa diversas áreas del cerebro de manera simultánea: comprensión, memoria de trabajo, lenguaje y pensamiento crítico. Además, es aplicable a cualquier materia, desde una más teórica a otra más práctica.

Hay varias opciones para utilizar esta técnica, puede ser sencillamente hablar en voz alta, contárselo a otra persona como si se estuviera dando una clase. Otra opción es grabarse y escucharse después para ir detectando errores o lagunas.

Utilizar tarjetas de memoria

Las tarjetas de memoria son una herramienta sencilla pero muy eficaz para repasar rápidamente contenidos específicos y es de gran ayuda sobre todo los días anteriores a la PAU. Estas permiten activar la memoria de forma dinámica, obligando al cerebro a recuperar la información en lugar de solo reconocerla, lo que mejora mucho la retención a largo plazo.

Esta técnica es muy útil sobre todo para aquellas asignaturas que tienen una alta carga de conceptos, fechas, fórmulas o definiciones como son Biología, Historia, Filosofía, Química o Economía. Estas tarjetas se pueden usar en cualquier momento y lugar, ya que son muy manejables. Para que la técnica sea realmente eficaz, se recomienda que las tarjetas sean breves, claras y que planteen una sola pregunta por tarjeta.